Oigo que dicen de mí que soy "un perro de casa". Nada de dormir a la intemperie ni de ir por la calle sin supervisión, los mejores cuidados, alguna cosica rica para acompañar al pienso, con derecho a un trocito del sofá y pegadica a mi humana todas las horas posibles.
Todos los perros que me rodean tienen esa suerte, pero no todos pueden presumir de poder compartir con su humano tantas y diferentes experiencias como yo.
Muchas primaveras, veranos, otoños e inviernos llevo ya junto a ella, pasando momentos duros, pero también otros increíbles. Aquí os dejo una muestra. Diferentes años. . . pero misma esencia.
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Primavera entre flores, ¡menos mal que no somos alérgicas al polen!. |
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El verano con agüita pasa mejor |
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El otoño, perfecto para escaparnos a cualquier lugar |
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Y si en invierno encontramos nieve, ¡no se puede pedir más! |